Festeja las pequeñas victorias, porque son las que construyen los grandes logros
- Dr. Carlo Filpa
- 14 feb 2023
- 5 Min. de lectura
““La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.”
Paulo Coelho
¡Victoria! Brazos levantados sobre los hombros o abiertos al mundo. Los dedos apuntando al cielo. La cabeza hacia atrás, a veces mirando hacia arriba. El pecho echado hacia adelante. Sonrisas, gritos. Estos gestos de triunfo se han visto en atletas de todas las culturas, incluso en atletas ciegos de alto rendimiento. Son expresiones universales rápidas, inmediatas, que se realizan después de ganar un combate. Todo esto ha sido evidenciado en un estudio sobre el lenguaje corporal de la victoria, realizado en San Francisco State University. Es un gesto ancestral, un comportamiento biológicamente innato.
Te hago una pregunta que me he hecho a mí mismo: ¿Cuándo fue la última vez que festejaste una victoria? Algunas personas a las que les hice la pregunta recordaban solo unas cuantas veces, generalmente se podían contar con los dedos de una mano.
Culturalmente tendemos a prestar más atención a las cosas malas que a las cosas buenas. Tendemos a castigarnos. No nos damos cuenta de todas las cosas buenas, de todos los pequeños triunfos que logramos cada día. Y les garantizo que si ponemos más atención, las cosas positivas de cada día son más que las negativas. Una sonrisa, un beso, un abrazo, un gesto de gratitud, amabilidad, haber ayudado a otra persona, y muchos más. Además, nos fijamos todavía menos en pequeñas victorias personales: haber comido una fruta o una verdura más durante el día, un vaso de agua más, haber hecho actividad física (por pequeña que sea), habernos detenido unos minutos en el trabajo para respirar, para estirarnos y relajarnos. Haber orado, haber meditado. Haber leído. Haber descansado bien. Haber dado gracias por estar vivos y por todas las cosas buenas que tenemos.
Es muy importante celebrar cada pequeña victoria. Al hacerlo, nuestro cerebro produce sustancias químicas que dan bienestar y felicidad. Por ejemplo, la dopamina nos motiva a tomar acción para lograr nuestros objetivos y nos da placer cuando los logramos. La serotonina es liberada cuando nos sentimos importantes y significativos. Estas dos moléculas son neurotransmisores, mensajeros presentes en nuestro cerebro, cuya producción podemos aumentar festejando nuestras victorias o incluso recordando victorias pasadas. Además, cuando hacemos algo que nos genera placer y producimos estas sustancias, queremos repetir las experiencias. Es una estrategia que podemos utilizar para sentirnos bien, pero también para grabar en nuestro cerebro nuevos hábitos positivos, nuevos comportamientos. Por lo tanto: ¿Por qué esperar a que cumplamos grandes logros para celebrar? ¿Por qué no utilizar esta estrategia para mejorarnos? Los grandes logros son el resultado de un proceso, de muchos pequeños pasos.
Los invito a que se feliciten más y festejen los pequeños logros de cada día. Una estrategia que me sirve a mí es apuntar mis mini-metas en un diario de hábitos. Pueden encontrar uno en el material de apoyo (ES GRATIS, se puede imprimir). Al apuntar las mini-metas y marcar en el diario que las cumplo, soy más consciente de que me estoy cumpliendo, de que estoy realizando (haciendo real) los pequeños pasos, y dejo una prueba escrita que me lo recuerda. Me doy cuenta de lo que he logrado, deja de ser algo automático que terminé olvidando.
“Verba volant, scripta manent.” (Cayo Tito)
“Las palabras vuelan, lo escrito queda.”
Al final de cada semana nos damos cuenta de todo lo que se ha hecho de nuevo y de positivo, nos damos cuenta de la importancia de los pequeños pasos. ¡Con pruebas escritas! Y si se guardan esas hojas del diario de hábitos y la miramos tiempo después, nos damos cuenta de nuestro progreso en el proceso. Repito: si mejoramos un 1% cada día, en un año seremos 37.78 veces mejores.
¿Y cómo festejas? Como tú quieras. Levantando los brazos, sonriendo, apretando los puños, diciéndote “¡SI!” o “¡LO HICE” o “¡LO LOGRÉ!”. Lo que sea.
A continuación propongo 3 tips para hacer de las celebraciones una herramienta de bienestar:
1. Crea una “playlist” o una “carpeta” de VICTORIA en tu cerebro.
Todos hemos tenido algún momento victorioso en nuestras vidas. Un triunfo que logramos y que podemos recordar con gran detalle. Y cuando lo recordamos nos sentimos muy bien. Les propongo escribir esos triunfos. Al recordar cada uno, cierren los ojos y vívelo de nuevo. Recuerden la situación, el lugar, los sonidos, los olores, las personas que estaban presentes (o no), ¡TODO!. Recuerden especialmente cómo se sintieron. Vívelo de nuevo. Es como ponerle “play” a un reproductor en el cerebro. Es muy potente. Es gratis y lo podemos repetir cuando queramos, especialmente en momentos en los que no nos sintamos bien.
La emoción se transmite al cuerpo como si fuera real. Es como cuando uno piensa en coger un limón, cortarlo, exprimir el zumo en un vaso y tomárselo. La boca produce más saliva y uno logra sentir incluso el sabor agrio del limón.
Pruébalo y verás. Aprendí esto de un Maestro, es una herramienta fantástica.
2. Festeja después de que cumplas un nuevo mini-hábito Al hacer un nuevo hábito, o al repetir uno que ya tienes, ¡CELEBRA! Es una manera de anclar ese hábito a tu cerebro. Además, te vas a sentir muy bien, le da aún más sentido a lo que acabas de hacer. Por ejemplo:
Después de levantarme en la mañana me tomo un sorbo o un vaso de agua, y me festejo.
Cuando hago una pausa en el trabajo cierro los ojos, respiro profundamente durante un minuto, y lo festejo.
Al levantarme en la mañana hago una flexión de brazos (push up), y me festejo.
Antes de dormirme leo dos líneas de un libro, o un párrafo, y lo celebro.
Después de tu rutina de ejercicio, festejas.
3. Levanta los brazos en signo de VICTORIA Simplemente levanta los brazos hacia el cielo, como si hubieras metido un golazo en el mundial, durante unos 10 segundos o más. Puedes cerrar los ojos o imaginar una victoria. El simple gesto de victoria expresado a través de tu cuerpo produce las moléculas de bienestar y te hace sentir bien. El lenguaje del cuerpo se transmite al cerebro y al alma. Es maravilloso. Como con todos los hábitos positivos, entre más se repitan mejor. (Si repetimos los negativos, vamos en la dirección opuesta). La repetición es la maestra de todas las habilidades. (Tony Robbins). ¡MUCHO ÁNIMO!
¡A CELEBRAR!
“Busca pequeñas victorias y construye sobre ellas. Cada pequeña victoria, incluso si es tan solo levantarse cinco minutos antes, te da confianza. Te das cuenta de que estas pequeñas victorias te hacen sentir genial y sigues adelante. Te das cuenta de que estar paralizado por el miedo al fracaso es peor que el fracaso."
Arnold Schwarzenegger
Comments